dimanche 20 décembre 2020

Después de una destrucción... 


No en la forma, 

Ni en la mente. 

En el centro del cuerpo, ahí está.

Esta respirando el espacio, el tiempo y todo universo

invisiblemente, silenciosamente. 

Su potente presencia tiene una libertad absoluta. 

Cuando el cuerpo esta preparado con la grande apertura del pecho,

la flexibilidad de la cadera, de las rodillas y de todos músculos, 

puede mover todo el cuerpo en todo las dimensiones 

hasta las puntas de los dedos.

Y las emociones le dan su ritmo.  

Ahora, su movimiento es infinito.


Hoy, me encontré con él, mi "pequeño yo".